1. Aléjate de los electrodomésticos. Evita lavadoras, microondas, hornos, calderas, placas de inducción o vitrocerámica en la pared contigua a la cabecera de la cama o el lugar de descanso. Las paredes permiten el paso de estas radiaciones y los campos magnéticos.
2. No coloques radio-despertadores, teléfonos inalámbricos o móviles cargándose a las mesillas de noche. Cambia tu radio-despertador eléctrico por un despertador de pilas, que no emitirá campos magnéticos. Si usas el móvil como despertador ponlo en modo «avión» y así no buscará señal ni actualizará datos, que es lo que emite las radiaciones que alteran tu sueño.
3. En el dormitorio evita materiales sintéticos, como pinturas inflamables, colas, moquetas y materiales de origen químico. Los colchones con muelles metálicos y las camas articuladas eléctricas son desaconsejables porque transmiten el campo eléctrico de la instalación a tu cuerpo mientras duermes.
4. Desconecta el WI-FI por la noche, ya que los routers también generan microondas.
5. Camina descalzo un rato antes de irte a la cama, y si puede ser en contacto con la tierra, mejor. Te descargarás de radiaciones acumuladas en tu organismo durante el día.
6. Desenchufa los aparatos eléctricos de tu dormitorio. Aunque los aparatos no estén funcionando, los cables eléctricos siguen creando campos eléctricos que pueden alterar tu descanso. No dejes ordenadores, Tablets, teléfonos inalámbricos, televisores o electrodomésticos en tu dormitorio durante la noche.
7. Haz comprobar la instalación eléctrica de tu casa por un instalador homologado para asegurarte de que no emite radiaciones y que la toma de tierra está conectada correctamente.
8. Si cerca de casa tienes un transformador, antenas de telefonía o torres de alta tensión, pide que te midan de estos valores. Si estas radiaciones artificiales llegan hasta tu casa seguramente se podrá resolver mediante un apantallamiento.
9. Comprueba que no estás descansando sobre un cruce de aguas subterráneas o de campos electromagnéticos terrestres. Un geobiólogo te ayuda a detectar si tienes radiaciones naturales en tu lugar de descanso o de trabajo. O sea, donde pasas más horas.
10. Pon una planta en tu dormitorio, ¡purifica el aire!