Solemos pasar una gran parte de nuestro tiempo usando aparatos que emiten iluminación LED: smartphones, tabletas, pantallas de ordenador, videoconsolas, electrodomésticos… sin tener en cuenta que la luz LED (diodos emisores de luz) emite radiaciones que son dañinas para los ojos. Varios experimentos han demostrado que la exposición a la luz azul (longitudes de onda corta) y blanca de las fuentes de luz LED perjudican las células de la retina y pueden provocar pérdida de visión.

El ojo humano no está preparado para mirar directamente a la luz artificial sino para ver con luz, por lo que una exposición prolongada a estas fuentes de luz directa puede causar daños irreversibles a nuestra vista. Un equipo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid liderados por la Dra. Célia Sánchez-Ramos han presentado los resultados de un experimento que demuestra que la exposición de las células del epitelio pigmentario de la retina de donantes humanos a la luz LED directa de diferente intensidad durante 72 horas puede llegar a provocar la muerte del 93 por ciento de estas células.

La Dra. Celia Sánchez-Ramos matiza que no se trata «de renunciar a la tecnología, pero sí de protegernos adecuadamente» y compara: «Tal y como cuidamos nuestra piel de los efectos de los rayos solares, tenemos que cuidar nuestra retina de la luz LED».

A partir de este estudio, la Universidad Complutense de Madrid y la empresa española TSR (Tecnología Sostenible y Responsable) ha desarrollado un protector de pantallas que en realidad no protege las pantallas sino la retina humana. Se llama Reticare y reduce hasta diez veces el daño provocado a las células.

Fuente: Europa Press