En países como Francia, Inglaterra o Alemania, hace tiempo que se debate sobre los efectos que las radiaciones y los campos electromagnéticos que emiten los aparatos tecnológicos tienen sobre la salud de las personas.

Es por ello que en Francia las personas electrosensibles han empezado una gran campaña para que se instauren «zonas blancas» en los pueblos y ciudades del país, es decir, espacios libres de Wifis y antenas donde puedan vivir no sólo las personas electrosensibles sino todos aquellos ciudadanos que se quieren alejar de las radiaciones.

Uno de los encuentros reivindicativos ha tenido lugar este agosto en los «Hautes-Alpes», en el sureste de Francia, en una zona totalmente libre de ondas. Los hombres y mujeres que han participado en este encuentro han denunciado que ya sólo queda el 2’3% de todo el territorio francés libre de ondas electromagnéticas y han pedido que se recuperen espacios sin ondas para que sean habitables para las personas con electrosensibilidad, que sufren síntomas reiterados como dolor de cabeza, trastorno de memoria, fatiga general, dolores musuclares o insomnio.

La prensa de todo el país, como el diario «Le Parisien», se ha hecho eco del problema de la contaminación electromagnética.