En él, la periodista Florence Waters cuenta la historia de la doctora Erica Mallery-Blythe que, movida por el interés médico en las radiaciones emitidas por Wifi, abandonó su carrera en medicina de emergencia para centrarse en este nuevo ámbito de creciente interés.

En 2009 comenzó su investigación en el campo de las radiaciones electromagnéticas emitidas por estos dispositivos y, tras documentarse y descubrir sus numerosos síntomas (dolor de cabeza, insomnio, fatiga y, en casos extremos, tumores cerebrales en jóvenes, problemas de fertilidad, aceleración de enfermedades neurológicas…) se dedicó al asesoramiento de familias que se encuentran con estos problemas y a la divulgación de los efectos nocivos de las radiaciones electromagnéticas.

Según Mallery-Blythe cientos de familias han solicitado su ayuda para dolencias que creen relacionadas con este tipo de radiaciones. Uno de estos casos es el de Jessica Lewis, una niña de 9 años que en otoño de 2011 comenzó a quejarse de fuertes dolores de cabeza en la escuela, además de sentirse cansada y sin fuerzas. Tras varias consultas se averiguó que Jessica tenía el router Wifi junto a su mesa de clase y que, éste, sería posiblemente el motivo de su malestar. Finalmente, se confirmó la dolencia y entonces comenzaron las negociaciones con la escuela para sustituir el Wifi por cableado, aunque la petición fue rechazada por el centro educativo que se acogió a los informes del Gobierno que indican que los niveles de exposición se encuentran dentro de los límites aceptados internacionalmente. Ahora Jessica recibe clases en casa, ya que los síntomas reaparecen cuando se encuentra expuesta a la conexión Wifi.

Ante este caso, la doctora Mallery-Blythe expresa su desacuerdo: «La mayoría de los profesores ni siquiera saben que las radiaciones electromagnéticas están actualmente clasificadas por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) como un carcinógeno Grupo 2B , que significa que es una posible causa de cáncer en seres humanos «, apunta.

La doctora nos recuerda, también, que hay que tener en cuenta que en otros países como Francia o Alemania ya se ha limitado la exposición a estas radiaciones en guarderías y escuelas de educación primaria, además de aconsejar a toda la población un uso responsable y puntual de los dispositivos inalámbricos.

Fuente: The Telegraph