1. No permitas que los niños menores de 14 años utilicen el teléfono móvil, ni tampoco un teléfono inalámbrico doméstico. Los niños tienen una corteza cerebral muy fina y, por tanto, muy permeable a las radiaciones de altas frecuencias móviles.

2. Asegúrate que tus hijos se aparten del horno microondas cuando está en funcionamiento, y si es posible prescinde de su uso.

3. No dejes ningún aparato eléctrico en su dormitorio mientras duermen; aunque estén apagados los aparatos generan campos electromagnéticos nocivos para la salud.

4. Si es posible prescinde de los aparatos de vigilancia de bebés. Los Vigila-Bebés emiten ondas de radiofrecuencia nocivas para el bebé. Si realmente los necesitas, utiliza modelos antiguos, sin cámara, que son menos dañinos que los modernos. Si a la fuerza tienes que tenerlos en el dormitorio, aléjalos tanto como puedas de la cabeza del niño.

5. Apaga el WiFi durante la noche. Mientras dormimos es cuando la glándula pineal genera la melatonina para que el sistema nervioso central y las células se regeneren, y por tanto no debe recibir ninguna agresión que altere su descanso.

6. Haz que coman muchos antioxidantes, como frutas y verduras. Ayudan a paliar los efectos nocivos de las altas frecuencias.

7. Si los niños juegan con Tablets desconecta el modo WiFi de los aparatos mientras los utilicen, es tan sencillo como ponerlos en «modo avión» para que dejen de buscar señal.

8. Limita los ratos de uso de los aparatos teledirigidos como coches o helicópteros, ya que funcionan por conexión WiFi o Bluetooth.

9. Si estás embarazada reduce tanto como puedas el uso del teléfono móvil, utilízalo sólo para conversaciones cortas y aléjalo del cuerpo tanto como puedas. Siempre que sea posible utiliza auriculares con cable.

10. Limita las horas que tus hijos pasan conectados. No sólo porque un uso excesivo de aparatos tecnológicos puede influir en su salud física, sino también para evitar que tengan dependencia psicológica.