En ella aconsejan reducir cinco fuentes comunes de toxinas asociadas a riesgos para la salud de los niños.

Estos son los consejos de la Asociación canadiense de Salud Infantil y Medio Ambiente (CPCHE):

1. Sacar el polvo a menudo:
Una de las principales fuentes de exposición de los niños a sustancias tóxicas es el polvo de la casa, que hay que eliminar semanalmente con una aspiradora o trapo húmedo (no se aconseja secar el polvo en seco ya que queda circulando en el aire). El CPCHE recomienda limpiar a fondo dos veces a la semana si su hijo está en edad de gatear. Segun los expertos el polvo es una fuente importante de exposición de los niños a sustancias tóxicas como el plomo, que es dañino para el cerebro en desarrollo.

Se recomienda también quitarse los zapatos y dejarlos en la puerta de casa para reducir la cantidad de suciedad y productos químicos potencialmente nocivos que llegan al hogar. Guardar los juguetes en contenedores cerrados también ayudará a reducir los niveles de polvo.

2.  Limpieza verde:
El CPCHE recomienda utilizar limpiadores no tóxicos. El bicarbonato de sodio puede ser usado para fregar baños y bañeras, mientras que el vinagre mezclado con agua funciona bien para la mayoría de las superficies, incluyendo las ventanas y suelos. Los investigadores aseguran que el cloro que llevan la mayoría de productos no es necesario para las tareas de limpieza, y que debe ser evitado. Para la ropa se pueden elegir detergentes sin fragancia, ya que suelen contener productos químicos potencialmente dañinos.

3. Cuidado con las reformas:
Los traslados y las reformas de las viviendas son una amenaza para los niños y las mujeres embarazadas por el polvo que se genera y por los gases tóxicos de las pinturas y colas que pueden causar daño neurológico. La parte de la casa que se esté reformando tiene que quedar aislada del resto del hogar con plásticos y cinta adhesiva, y la calefacción y rejillas de refrigeración deben estar cerradas.  Si se está pintando hay que elegir las pinturas y colas menos tóxicas.

4. Cuidado con los plásticos:
Los expertos canadienses en salud infantil aconsejan ignorar las etiquetas de los recipientes de plástico que indican que son aptos «para microondas». Nunca se deben colocar recipientes de plástico o envolturas de plástico en el microondas, porque los productos químicos nocivos pueden filtrarse del plástico a los alimentos y bebidas. Los alimentos deben ser guardados en recipientes de vidrio o cerámica en lugar de plástico, y los consumidores deben comer alimentos frescos y congelados siempre que sea posible para reducir su exposición al Bisfenol-A, un producto químico utilizado en la mayoría de envases de alimentos y latas de bebidas. El CPCHE también aconseja a los padres a evitar la compra de juguetes que contengan PVC como chupetes, baberos, juguetes de baño o cortinas de ducha.

5. Reducir al mínimo el mercurio:
El mercurio, un metal tóxico para el cerebro, es presente en ciertos tipos de pescados y mariscos, como el atún y el pez espada. Expertos CPCHE recomiendan elegir pescados bajos en mercurio, como la caballa, el arenque, la trucha, o el salmón.

Fuente: Lives Science magazine